Obras de arte de pintores argentinos

Pintor clave del siglo XIX, reconocido por los detalles rurales recurrentes en su obra con los âgauchosâ como protagonistas de una visión romántica y bucólica de . En el “Museo Nacional de Bellas Artesâ€, Avenida del Libertador 1473, Recoleta, podrá disfrutar de algunos de los más emblemáticos: âUn alto en el campoâ, âRecorriendo la estanciaâ… Pero un rasgo menos popular de Pueyrredón hoy en dÃa aunque extremadamente provocativo para su época fue su condición de primer pintor argentino de desnudos femeninos, que realizó en gran parte en secreto.

“La siesta†y “El baño†son los dos únicos óleos que sobrevivieron al escándalo, y que ahora se exponen, irónicamente, en el más tradicional y prestigioso museo de la ciudad. Impulsado por Jorge Luis Borges, Oscar AgustÃn Alejandro Schulz Solari, más popular como Xul Solar, no sólo fue pintor sino también escultor, escritor, inventor de lenguajes, pero sobre todo, creador de universos fantásticos. Su obra, aunque toma elementos de la vanguardia y tiene un claro vínculo con Paul Klee, es esencialmente superpersonal y está repleta de los más altos intereses del artista: astrología, misticismo, geometría, lenguajes, simbolismo.

Para explorar a fondo su particular universo creativo, visite el Museo Xul Solar Laprida 1212, Barrio Norte, donde podrá admirar todo su legado, desde sus tÃpicos “Tú y Yo†y otras pinturas, objetos y esculturas, hasta los más de 3.500 volúmenes que forman parte de su querida biblioteca. Empleando el programa de diseño por ordenador Illustrator, Siquier ha producido desde entonces composiciones cada vez más intrincadas. Su estudio de Buenos Aires se encuentra en un complejo de edificios que comparte con Macchi y el artista Carlos Huffman en el barrio de Villa Crespo.

En este barrio, bastante arenoso pero que pronto se convertirá en un barrio de moda, se encuentran algunas de las galerías más modernas de la ciudad, como Zmud, Revolver, Ruby y la veterana Ruth Benzacar. No hay mucho que ver en las paredes de Siquier estos días; en los últimos años, se ha preocupado cada vez más por las obras públicas a gran escala. También se ha dedicado a la escultura, produciendo elaborados recintos del tamaño de una habitación hechos con grupos de varillas de acero, que recuerdan ciertas obras del difunto artista y activista argentino León Ferrari 1920-2013.

Entre los encargos públicos realizados por Siquier se encuentran los vastos murales exteriores de la torre de uso mixto Los Molinos 2008 en Buenos Aires. Sus murales para la estación de metro Carlos Pellegrini -o Subte-, terminados en 2009, son potentes declaraciones visuales, llenas de movimiento que reflejan la maníaca energía urbana de la ciudad. Jorge Macchi En sus obras cerebrales y visualmente convincentes, Macchi desafía constantemente al espectador.

Para Vidas Paralelas, de 1998, rompió un trozo de cristal y luego creó meticulosamente un duplicado del mismo utilizando plantillas y equipos de precisión para cortar el cristal. Podría parecer un gesto neodadá, pero la pieza, que requiere mucho trabajo, es una proeza de artesanía vítrea. Recientemente expuesta en Nueva York en una muestra de la Galería 205 Hudson procedente de la Colección Cisneros, la obra desafía al espectador a distinguir entre el cristal roto y la réplica.

En una serie reciente, Macchi incorpora libros antiguos sobre historia argentina, ciencias políticas y ecología en una intrincada red de listones de madera que parecen andamios arquitectónicos. Esquema, 2016, por ejemplo, presenta una copia argentina antigua del libro de H.G. Wells de 1920, El esquema de la historia. La obra parece una maqueta para una escultura pública monumental.

Las elaboradas estructuras, explicó Macchi cuando visité su estudio, representan las sombras proyectadas por influyentes textos académicos. Una vela apagada colocada delante de la construcción hace referencia a la luminosidad inicial del libro. Creó esta serie para preparar su reciente exposición en la Galleria Continua de San Gimignano (Italia).

La amplia experimentación de Macchi con los materiales, la creación de imágenes y las relaciones espaciales se corresponde con el trabajo del Grupo Madí, lanzado a mediados de los años 40 por el artista y poeta argentino nacido en Checoslovaquia Gyula Kosice y otros. Rodada en sólo ocho semanas por el director argentino Gastón Duprat, la película Mi Obra Maestra, aunque no es una obra maestra, merece sin embargo la máxima atención. La película cuenta una historia aparentemente sencilla, pero de actualidad, sobre el funcionamiento del mercado del arte moderno, llena de giros inesperados.

La trama de la película «Obra maestra» gira en torno a dos viejos amigos. Arturo Silva, interpretado por Guillermo Francella, es un exitoso marchante de arte. Dirige una galería de arte donde se presentan las obras de su amigo Renzo Nervi Luis Brandoni.

Renzo Nervi, que en su día fue una leyenda de la pintura argentina, se encuentra ahora en su ocaso. Nervi es un artista clásico: un misántropo egoísta, descuidado, temperamental, conservador y eternamente refunfuñón, al que no le importa la opinión pública y sigue firmemente sus principios. Mientras que un Arturo luchador, enérgico y elegante no se detiene ante nada para impr

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